Imprescindible su visita por ser el único de sus características en todo Aragón, constituye el único ejemplo restaurado de uno de estos ingenios en el tercio meridional de esta Comunidad Autónoma.
Desde su mirador se puede apreciar gran parte del Valle del Jiloca.
De torre mediterránea, tiene una cubierta con forma cónica y bastante peraltada, siendo toda ella de madera. Por su tipología se le puede datar entre los siglos XVI y XVII. Posee dos plantas, la primera recibe el nombre de camareta, y se trata de una habitación de tránsito en la que se guardaban diversos útiles como los lienzos, las aspas, las sogas, las cuñas etc. La alacena excavada en el muro servía para este fin. La escalera, que asciende de la planta primera, estaba situada en la proyección de la de la planta baja. La planta segunda o moledero es la más importante, puesto que albergaba la maquinaria de molienda. Presenta tres ventanas, con la finalidad de averiguar la dirección del viento y orientar las aspas, moviendo la totalidad de la cubierta.
La maquinaria está formada por las aspas, en número de dos, el eje que se encuentra apoyado en las piedras bóllega y rebote, la rueda catalina, rueda dentada, unida firmemente al eje y que rueda con éste, la linterna atravesada por el barrón y, por último, la piedra que gira denominada volandera y, debajo de esta piedra, la solera que es fija y se apoya en una bancada de obra.